La llegada del invierno es un buen momento para comenzar a cuidarnos, después de los excesos navideños, podemos retomar unos buenos hábitos y hacer un detox a nivel físico, mental y emocional.
Con la plena consciencia de la respiración, el cuerpo y la mente, durante movimientos lentos y estiramientos suaves “Mindfulyoga es una meditación en movimiento”
En enero vuelve el Minfulyoga, ven y aprende a soltar tensiones, a través de estiramientos suaves al ritmo de tu respiración y activa tu sistema de calma.
¿A qué esperas para comenzar a cuidarte?
¡Ven a probar, tienes tu primera clase totalmente gratuita!
SESIÓN INDIVIDUAL
10€
BONO MINDFULYOGA
50€
TARIFA PLANA INVIERNO
80€
¡NOVEDAD!: BONO ESPECIAL DOBLE SESIÓN SEMANAL
110€
Comenzamos el martes 7 de enero en grupos reducidos. Horarios:
- Clases de 75 min.
- Martes y Jueves de 19:15 a 20:30h y 20:30 a 21:45h.
Clases personalizadas
En las clases particulares de Yoga adapto todo mi conocimiento a tus necesidades concretas. En equipo crearemos y practicaremos con las secuencias de posturas especialmente diseñadas para satisfacer tus objetivos en función de tus necesidades físicas, emocionales y mentales, teniendo en cuenta tu estado físico y mental y sobre todo siendo amable con tus limitaciones.
Sea cual sea tu condición, recuerda que el yoga se adapta a ti. “Si puedes respirar puedes hacer yoga” (Krishnamacharya).
En todas las clases pondremos una especial atención a las prácticas respiratorias (pranayama), ejercicios de respiración que nos ayudan a generar un estado de calma y nos ayudan a aumentar la autoconexión. “La respiración es fundamental para el yoga, porque es fundamental para la vida” (Krishnamacharya).
Y como novedad este año en todas las clases incluiremos un espacio de terapia vibracional a través del sonido de los cuencos tibetanos. Los cuencos tibetanos son instrumentos de curación, sanación, relajación y meditación, nos ayudan a establecer una vibración saludable en todo nuestro organismo, tanto a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Estudios científicos determinan que el sonido y las vibraciones de los cuencos tibetanos estimulan nuestro cerebro para producir ondas cerebrales theta.