Hace algunos años un buen amigo me comenzó a llamar así por mi ramalazo trascendental, el caso es que me gustó y lo hice mi marca personal. Pero … ¿Quién está detrás de BeatriZen? Sencillamente, Beatriz Rubio Campos.
Me licencié en Psicología en el 2014 en la UNED, con sangre, sudor y lágrimas. Estudiar por la UNED es una carrera de fondo que me ha permitido cultivar la constancia y la resiliencia.
Lo del Yoga fue un poco casualidad, nunca pensé en dar clase, llevo practicando más de 25 años, pero soy tan flexible como un play móvil. En fin, que estaba replanteando mi vida, después de un ERE que ERE en el 2014, cuando mi profe de Yoga me propuso un curso de formación y como quien no quiere la cosa pues acabé la formación de instructor de yoga en el 2017, nuevamente cuatro años dándolo todo, asana va, asana viene y cultivando más resiliencia.
Lo del Mindfulness lo traigo de serie, pero al revés, es decir que vivo en una desatención plena constante, eso sí, ya me voy dando cuenta y vuelvo aquí y ahora…y así sucesivamente … Un no parar.
En los últimos 10 años he ido ampliando tanto mi formación como mi experiencia en estos tres campos, sobre todo en Psicología, en la línea de las terapias contextuales, más a fondo en Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y Mindfulness. Me topé con ello al final de carrera y sentí un flechazo inmediato, supongo que por mi vena trascendente y aquí sigo aprendiendo cada día un poco más.
Actualmente estoy profundizando en la terapia centrada en la compasión, con muy buenos resultados, en mí misma y en mis clientes. Ojo, la compasión no es pena, es una cualidad humana superior, entendida como la sensibilidad y apertura al sufrimiento propio y el de los demás unida a la motivación de aliviarlo y prevenirlo.
En fin, no siempre he tenido tan clara la dirección a seguir, de hecho he pasado la mayor parte de mi vida luchando y evitando mi malestar psicológico, haciendo miles de cosas para intentar aliviar mi sufrimiento (trastorno ansioso depresivo, ansiedad generalizada, insomnio y sí, ataques de pánico también… un completo) con este panorama es normal y humano querer buscar un alivio. Pero mientras me esforzaba en librarme del malestar, perdía de vista lo importante y me alejaba de la persona que quería ser. Gracias a la ACT ahora entiendo que mis estrategias no sólo no funcionaban…sino que paradójicamente a pesar de esforzarme muy mucho, mi malestar aumentaba y mi vida disminuía.
A ver, no es que ahora no experimente estrés, ansiedad, miedo, etc. Soy un ser humano y sí, sufro, la vida es maravillosa, pero a veces trae cosas que no queremos, o nos quita lo que queremos o no nos trae lo que queremos, madre mía que lío he montado…en definitiva la vida también trae dolor, son dos caras de la misma moneda.
En realidad, lo que ha cambiado es mi forma de relacionarme con todo ese malestar que a veces la vida nos trae, lo hago de una forma mucho más efectiva y flexible, tratando de no perderme de nuevo y, aunque soy consciente de que me queda un largo camino por delante, cada día me siento un poco más cerca de la persona que quiero llegar a ser.